Descripción
La investigación que presentamos aquí del Dr. Julio Söchting Herrera sobre la encarnación en el pensamiento teológico y filosófico de Francisco Suárez, representa un hito meritorio que señala y explicita la recuperación de un camino de investigación teológica y filosófica sobre el significado histórico e intelectual de los pensadores jesuitas de la primera Compañía, tanto en la Iglesia como en la sociedad y cultura moderna y contemporánea de los últimos cinco siglos. Se retoma así una senda desarrollada en la Facultad de Teología de Granada, hoy inserta en la Universidad Loyola Andalucía, que comenzó en los años 30 del siglo pasado a través de dos órganos propios, el Archivo Teológico Granadino, revista anuario de estudios y textos de teología postridentina, y la Biblioteca Teológica Granadina, donde también desde entonces se han ido publicando los resultados más destacados de las diversas tesis doctorales defendidas en dicha facultad. Nos encontramos, a nuestro juicio, con una contribución destacada del prof. Julio Söchting, que está a la altura de las realizadas por grandes investigadores suarecianos que publicaron en estos medios, tales como José Antonio de Aldama, Eleuterio Elorduy, José Hellín, José María Diez-Alegría, José María Castillo, Antonio VargasMachuca, o Cándido Pozo, entre otros.
A su vez, esta investigación, y lo señalo con alegría y gratitud, enlaza y continua con los estudios científicos que en el ámbito del Departamento de Humanidades y Filosofía de dicha Universidad, y desde su fundación en 2013, se realizan en el marco de la línea de investigación sobre Pensamiento y Tradición jesuita y que ha liderado dos proyectos de investigación nacionales con participación internacional («Pensamiento y tradición jesuita y su influencia en la Modernidad» [2016-2018], y «Ética y justicia cosmopolita en la Escuela Ibérica de la Paz y la Escolástica Iberoamericana: Aportaciones del pensamiento y tradición jesuita» [2021-2024]), donde el propio Prof. Söchting participa y donde ha encontrado el lugar intelectual para desarrollar esta investigación. La vocación interdisciplinar y el tratamiento multidimensional o complejo de los problemas de investigación planteados desde nuestra línea de investigación, encuentra aquí una muestra destacada.
El presente trabajo nos ofrece un estudio sistemático de un problema central para la teología de Francisco Suárez, y a su vez, para la propia constitución de su metafísica, que ha sido poco o insuficientemente abordado por la investigación en el último siglo. Ello nos da cuenta de la dificultad intrínseca de la labor desarrollada, a saber; en primer lugar, el manejo de la amplísima investigación suareciana en el campo de la filosofía, y de los numerosos estudios teológicos que también han disputado sobre el significado de la obra del Doctor Eximio. A ello dedica el amplio capítulo primero de este libro, donde se presenta y se discute con los diferentes autores y corrientes desde donde se ha interpretado el legado suareciano, y que a su vez, son profundizadas específicamente en cuanto al tema propio de investigación en los capítulos siguientes. Por su alcance y por la capacidad de mostrar los supuestos e intereses fundamentales desde donde se lee a Suárez en la variada literatura contemporánea, este capítulo puede servir en sí mismo de guía actualizada para entender claves importantes y diferenciales de los estudios suarecianos en nuestro tiempo. En segundo lugar, se acomete el desafío de realizar un estudio desde la unidad dinámica fundamentalmente teológica del misterio de la encarnación, que se desarrolla a través de tres obras teológicas implicadas específicamente en el tratamiento del misterio de la encarnación estudiadas con un orden sistemático, que no sigue el orden cronológico de escritura y publicación. Primero, el tratado De Deo uno et trino (1606), al que dedica el capítulo segundo; segundo, el tratado De lncarnatione (1590), al que dedica los capítulos tercero y cuarto; y en tercer lugar, la obra De Mysteriis Vitae Christi (1592), a la que consagra el capítulo quinto. El misterio de la encarnación está atravesado por la teoría de la subsistencia, por la persona como concepto teológico central, pues la encarnación implica la unión, en una persona subsistencia divina, de dos naturalezas perfectas, divina y humana. Así, para Suárez, el misterio de la unión hipostática es la referencia estricta del misterio de la encarnación. No se trata con ello de un misterio físico, sino personal, misterio teológico que nos anuncia, a su vez, la entraña metafísica del ser humano, su ser persona.
Pero no acaba aquí el estudío desde la unidad dinámica de 1 obra suareciana, ya que en clave filosófica se examina el problema de la encarnación en los capítulos sexto y séptimo en las Disputationes metaphysicae (1597). Suárez declara que la composición de esta obra fue una necesidad intelectual para el esclarecimiento y fundamentación de la teología, así desarrolla su sistema metafísico para el cabal entendimiento humano de la verdad revelada. Este servicio de la filosofía primera a la teología, posiciona la filosofía para Suárez en plena coherencia con las Constituciones de la Compañía, donde se declara que la finalidad de la misión de la Compañía de Jesús y de los estudios impartidos por la orden, es «ayudar a los próximos al conocimiento y amor divino y salvación de sus ánimas» [ 446]. Y para ello, las artes, las ciencias, y la filosofía en particular, como recoge la Ratio studiorum (1599), han de disponer los «ingenios para la teología y sirven para el conocimiento perfecto y uso de la misma, y ellas mismas de por sí son una ayuda al mismo fin; [así] el profesor de filosofía con la debida diligencia, buscando en todo sinceramente el honor y la gloria de Dios, tráela de manera que prepare a sus discípulos, y muy especialmente a los nuestros, para la teología, y sobre todo los mueva al conocimiento de su Creador” [200]. Nos encontramos pues, con un necesario diálogo entre filosofía y teología que no es más asimétrico, como puede evocar fácilmente la metáfora de la “sierva y señora”, sino diferenciarlo y en clave de servicio, pues como declara Suárez tras hacer uso de esta metáfora, la teología y la filosofía mutuamente apoyadas, llevan en su esencia partes heterogéneas que recíprocamente se complementan. Hay una complementariedad entre teología y filosofía que acompaña todo el edificio doctrinal de Suárez y que tiene en la encarnación, como misterio teológico y como problema filosófico respectivamente, el encuentro más decisivo entre ambas disciplinas en el sistema suareciano. Este diálogo, con sus proyecciones y perspectivas abiertas, se aborda en el libro en los capítulos octavo a décimo.
La encarnación sirve a Suárez para ilustrar realidades metafísicas como para conocerlas. Como señala Söchting, es imposible tener un conocimiento acabado del constitutivo formal de la subsistencia sin la revelación del misterio de la encarnación. La máxima perfección pensable en el orden de la creación es la unión de Dios con el hombre. Así, el Verbo ha sido predestinado para encarnarse, es decir, asumir el ser creado tomando para sí una esencia actual humana, en orden a la perfección de universo y la redención del género humano. El Eximio desmiente la idea de una teología barroca centrada en la cruz y el sufrimiento, y ayuna de resurrección y sus efectos cósmicos. A su vez, recogiendo Söchting el aporte suareciano, señala que no sabríamos nunca lo que es ser persona si el Verbo no se hubiere hecho carne y fuese verdaderamente hombre. Así, la tesis de esta investigación es que el misterio de la encarnación, al mostrarnos que es posible que una esencia actual subsista sin una muestra en qué consiste la razón de persona que analógicamente somos.
No encontramos, pues, con una obra de auténtica teología y de auténtica filosofía cuyo servicio es adentrarnos gracias al estudio teológio y filosófico del sistema suareciano en la teología y la filosofía del ser personal. Es, por un lado, apertura e indagación, y por otro lado, nos invita a proseguir la investigación teológica y filosóficamente de las múltiples implicaciones practicas e intelectuales del ser personal.
Juan Antonio Senent de Frutos Universidad Loyola Andalucía, septiembre de 2021
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