Descripción
Un modelo de exegeta científico y de pastor Jaime Pérez de Valencia, el sabio agustino y el ejemplar obispo auxiliar de Valencia, es una de esas figuras que brillan en la segunda mitad del siglo XV con luz singular en la teología y en la vida pastoral de la Iglesia española. Su obra exegética es exponente de esa feliz conjunción. Sus comentarios al libro de los Salmos y a los cánticos bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento, que se rezaban en el Oficio divino, responden a una doble preocupación: exponer el sentido teológico de estas partes de la Escritura y hacer que los que recitan o cantan los Salmos y los Cánticos caigan en la cuenta de la riqueza espiritual de estas composiciones bíblicas y de esa manera la Palabra de Dios sea para ellos alimento espiritual. Se trataba de desentrañar los misterios de Cristo y de la Iglesia que se encuentran encerrados en estos textos de la Escritura. A una preocupación semejante responde el Comentario al Cantar de los Cantares.
El Dr. Miguel Peinado Muñoz ha tenido la suerte y el acierto de escoger esta importante personalidad exegética y pastoral para estudiar a fondo su hermenéutica. El interés de este estudio desde el punto de vista exegético y teológico es múltiple dada la formación de Pérez de Valencia y sus conocimientos de griego, hebreo y de los comentarios judíos que habían enriquecido el acervo cultural bíblico de España y Europa. Pero además la situación especial de la época en que vive nuestro autor, unos años antes de la Reforma pero ya en un ambiente espiritual que la prepara, como así mismo la influencia de sus escritos en el siglo XVI y XVII, hacen que ocupe un puesto destacado en la historia de la teología de este importante período. La presente tesis supone una notable contribución en este sentido. El estudio de la hermenéutica del exegeta agustino contiene una importante lección de método interpretativo.
Los presupuestos hermenéuticos de Pérez de Valencia Nuestro autor se ha formado concienzudamente en la escuela de San Agustín (que a su vez conoce a Ticonio y polemiza con el famoso teólogo, primero donatista y después separado de dicha secta). Pérez de Valencia conoce también los principios hermenéuticos de la Edad Media, especialmente de Tomás de Aquino y de la Glosa Ordinaria de Nicolás de Lira.
El presupuesto fundamental de Pérez de Valencia está en el carácter profético de la Sagrada Escritura, escrita por inspiración del Espíritu Santo. Este carácter profético lleva consigo que el autor de los Salmos (en nuestro caso David, según Pérez) contempla ya los futuros misterios de Cristo y de la Iglesia, y en consecuencia el texto de sus composiciones contiene, además de la referencia al episodio determinado, este sentido revelado al Profeta. La exégesis ha de ocuparse de determinar conjuntamente el sentido total del texto.
Ya de esta sola constatación puede comprenderse la profundidad de la labor hermenéutica que se propone llevar adelante Jaime Pérez de Valencia. Estos presupuestos hacen que su exégesis esté en primer lugar atenta a todas las circunstancias históricas (situación vital) que tiene presente cada uno de los Salmos y Cánticos; y en segundo lugar y sobre todo a ver la relación de prefiguración o profecía de estos acontecimientos o palabras con los misterios del Nuevo Testamento.
El planteamiento es de tal profundidad y fecundidad que admira. El éxito que el comentario alcanzó sobre todo en el siglo XVI, época de florecimiento de la teología, demuestra la calidad de la obra.
Las reglas o claves hermenéuticas Los presupuestos hermenéuticos de Jaime Pérez de Valencia se concretan y se hacen método en las diez reglas hermenéuticas que delimita en los tratados preliminares y que aplica sistemáticamente en su comentario. De estas reglas hace un estudio pormenorizado el Dr. Miguel Peinado en la presente tesis doctoral, indicando las reglas que Pérez de Valencia toma de Ticonio y de San Agustín y cuáles son creación original suya. Nosotros aquí no podemos entretenemos en describirlas, pero sí queremos llamar la atención sobre su importancia. En efecto estas reglas tratan de establecer adecuadamente la relación entre el Señor y su cuerpo, es decir la doble manera de entender una palabra o profecía acerca de Cristo, si se refiere a la cabeza o al cuerpo místico. Asímismo intentan delimitar la relación entre las promesas y la Ley, entre el espíritu y la letra, entre los dos Testamentos. Finalmente las reglas ayudan a discernir si se habla del género o de la especie o de los diversos momentos (revelación progresiva). Todo ello tiene una importancia capital para entender el mensaje del libro de los Salmos y de toda la Escritura en general.
El bagaje de erudición bíblica de Pérez de Valencia Nuestro autor no es sólo un excelente teólogo que plantea con toda precisión la relación entre Antiguo y Nuevo Testamento. Es también un hombre preparado excepcionalmente para afrontar el texto de la Biblia. Es admirable su información sobre lengua original, versión de los LXX y traducciones latinas del Salterio. Es notable también su conocimiento de las fuentes rabínicas. Ello da a su comentario un valor excepcional por un doble motivo: por la riqueza del contacto con los comentaristas judíos tan conocedores de la gramática y de la exégesis, y por otra parte por la necesidad de confrontar la exégesis cristiana con la interpretación mesiánica judía. Nuestro autor, una de cuyas obras es también una disputa contra los judíos, estaba especialmente preparado para ello. Este conocimiento le ayuda a establecer el sentido literal y de esa manera llegar más fácilmente al alcance de prefiguración de los misterios de Cristo y de la Iglesia, que era lo que principalmente buscaba Pérez de Valencia.
Por otra parte, la delimitación de los aspectos gramaticales, literarios, estilísticos, de «situación vital», autor, etc., todo lo que el autor de la presente tesis llama «aspectos formales», indica una extraordinaria preocupación de Pérez de Valencia por todas estas cuestiones que forman parte del estudio científico de la Biblia.
Limitaciones y propuestas La hermenéutica de Pérez de Valencia tiene sin duda alguna las limitaciones del tiempo en que ha sido compuesta. Entre ellas merece destacarse la cuestión del autor, la prevalencia de la preocupación por el sentido del Antiguo Testamento a la luz del Nuevo Testamento, la consideración del carisma de la profecía e inspiración con algunas características como el «Excessus mentis» que la moderna exégesis no considera esenciales al concepto de Inspiración. No obstante, su forma de exégesis tiene una profundidad tal que podemos considerar estas limitaciones insignificantes en relación con el valor del conjunto de sus aportaciones.
Todo ello aparecerá claro al lector que tenga la acertada curiosidad de leer con detención la tesis del Dr. Peinado Muñoz. Esperamos que este estudio sea proseguido algún día con la presentación del contenido exegético de los principales Salmos, y con el análisis de la dimensión de la antropología teológica subyacente en la obra de Pérez de Valencia y su comparación con la visión de Lutero. Así lo promete el autor. Entre tanto este estudio de la hermenéutica del obispo teólogo valentino es una valiosa aportación a la historia de la exégesis y una contribución importante en un tema de tanta actualidad como los métodos de interpretación bíblica.
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